Las viñetas de la revista América Indígena (Vol.01)

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06 March 2009

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Las viñetas de la revista América Indígena

1941-1978

En el Primer Congreso Indigenista Interamericano, realizado en Pátzcuaro, Michoacán, México, en abril de 1940, se acordó crear el Instituto Indigenista Interamericano, designando a Moisés Sáenz como Director Provisional y se le encomendó coordinar la redacción del convenio que formalizaría la creación del Instituto e iniciar sus actividades. De inmediato se creó la revista América Indígena, que fue uno de los principales ejes de trabajo del Instituto y así permaneció hasta que dejó de publicarse en 1998 .  A finales de 1940 el texto del Convenio estaba definido, y Don Moisés Sáenz regresó a Lima, Perú, para continuar desempeñando el cargo de Embajador de México, y Don Carlos Girón Cerna fue designado Director Provisional Interino del Instituto.

El primer número de América Indígena apareció en octubre de 1941, y allí se señala que en ese momento el Comité Ejecutivo del Instituto lo formaban las siguientes personas:


Presidente: Luis Chávez Orozco
Director: Moisés Sáenz
Secretario: Carlos Girón Cerna

John Collier (Estados Unidos)
Moisés Sáenz (México)
David Vela (Guatemala)
Roquette Pinto (Brasil)
Uriel García (Perú)
Antonio Díaz Villamil (Bolivia)

El día 24 de octubre de 1941 Don Moisés Sáenz muere en Lima, Perú, y es hasta abril de 1942 que Don Manuel Gamio Martínez es nombrado Director del Instituto. En esas circunstancias, fue a Don Carlos Girón Cerna a quien le correspondió dar el impulso inicial al Instituto y a la revista, y se ocupó de construir una vinculación con los artistas destacados del continente para que colaboraran con la institución. El Maestro Alfredo Zalce fue invitado para elaborar grabados en madera para la revista; al Maestro Carlos Mérida  se le solicitó la creación del logotipo del Instituto; y se inició el proyecto musical del Instituto , que produjo las grabaciones de música indígena recabadas por Henrieta Yurchenco y las composiciones sinfónicas de los maestros Luis Sandi, Carlos Isamitt y Candelario Huízar, que fueron trabajos realizados conjuntamente entre la institución y la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, para producir programas readiofónicos.

El objetivo de involucrar artistas en las tareas indigenistas era construir un puente entre lo indígena y las sociedades nacionales que propiciara una mejor comprensión de las expresiones culturales de los pueblos indígenas de la región, con la esperanza de que eso contribuyera a crear una actitud más solidaria hacia estos pueblos.

La riqueza plástica de las culturas indígenas, y las convicciones sociales de grupos destacados de artistas del continente, eran una garantía de que habrían de producirse obras valiosas. Las viñetas de América Indígena lo reflejan ese fértil territorio.

El desapego que por sus propias obras tuvieron muchos de los artistas latinoamericanos de la época, que era consecuencia de su ideología, excluía la obsesión por dejar constancia de quién era el autor de cada obra. En la bodega del Taller de la Gráfica Popular, que estuvo ubicado en la calle de Netzahualcóyotl en el centro de la ciudad de México, en los años 70´s había muchas obras valiosas sin firma, y la venta de ellas permitía al Taller un modesto ingreso para realizar sus actividades. Quizá esa actitud de los propios artistas explica que los editores de la revista América Indígena no pusieran una especial atención en documentar quién era el autor de cada obra, ni los artistas firmaron sus trabajos.

Algunos números de la revista incluyen en sus primeras páginas un breve texto que dice “maderas de Alfredo Zalce”, por ejemplo, pero era práctica frecuente que las mismas viñetas fueran nuevamente impresas en números posteriores, y la indicación sobre la autoría en ese número posterior podría referirse a otro autor. Para ejemplificar lo anterior citamos algunos casos a continuación.

El grabado a parecido en la página 000 del número 1 del volumen VI (imagen 06-1-000), es atribuido al maestro Gustavo Savin, cuando en realidad es parte del logotipo de Instituto, que fue realizado por el maestro Carlos Mérida. Lo mismo ocurre con el grabado de la página 103, número 2, volumen VI (imagen 06-2-103).

El grabado de la página 154, numero 3, volumen VIII (imagen 08-3-154) es atribuido al maestro Alberto Beltrán, cuando en realidad es parte del logotipo de Instituto, que fue realizado por el maestro Carlos Mérida.

El grabado de la página 84, numero 2, volumen XIII (imagen 13-2-084) no se especifica en la revista a quién se atribuye, y se trata de una obra del maestro Alfredo Zalce, que de hecho fue la portada del primer número y el primer volumen de América Indígena.

El grabado de la página 10, numero 1, volumen XV (imagen 15-1-010) la revista no especifica a quién se atribuye, y es una obra del maestro Alfredo Zalce aparecido en el volumen II, numero 3, página 53.

El grabado aparecido en la página 70, numero 1, volumen XVI (imagen 16-1-070) la revista no especifica a quién se atribuye, y es una obra de Gustavo Savin.

El grabado aparecido en la página 82, numero 1, volumen 18 (imagen 18-1-082) no especifica la revista a quién se atribuye, y es una obra del maestro Alfredo Zalce.

El grabado de la página 322, numero 4, volumen XXII (imagen 22-4-322) la revista no especifica a quién se atribuye,y es una obra del maestro Alfredo Zalce.

El grabado de la página 30, numero 1, volumen XXIII (imagen 23-1-030), la revista no especifica a quién se atribuye, y es una obra del maestro Alfredo Zalce.

El grabadode la página 750, numero 4, volumen XXVII (imagen 27-4-750), la revista no especifica a quién se atribuye, y es obra del maestro Alfredo Zalce.

El grabado de la página 408, numero 2, volumen XXX (imagen 30-2-408), la revista no especifica a quién se atribuye, y es obra del maestro Alfredo Zalce.

Es decir, la tarea de establecer quién fue el autor de cada obra está por hacerse y corresponderá a los especialistas determinarlo. Mientras tanto, se agradecerá a quienes usen los grabados contenidos en el presente CD la referencia al volumen, el numero y la página de la revista América Indígena en donde aparecieron. Para posibilitar lo anterior es relevante lo que se comenta en el apartado siguiente.
 
Las imágenes digitalizadas

Todas las imágenes fueron digitalizadas con el programa Adobe Photoshop 6.0, con distintas resoluciones dependiendo del tipo de grabado, que oscilan entre 300 y 1200 puntos por pulgada. El formato de las imágenes es jpg, para facilitar a los usuarios su acceso, aún en computadoras que no sean sofisticadas.

El nombre de cada imagen está formado por tres componentes: el volumen (escrito en caracteres arábigos), el número de la revista, y la página en la que se encuentra el grabado. Así por ejemplo, si el grabado se encuentra en el volumen XVI, número 2, página 123, el nombre de la imagen es 16-2-123. Obsérvese que el volumen siempre ocupa dos dígitos, y la página siempre ocupa tres dígitos, de manera que el grabado que aparece en el volumen VI, número 4, página 85, se llama 06-4-085.

En el catálogo se especifica el nombre del archivo en el que se encuentra, y las medidas de la imagen, que generalmente son levemente mayores que las del grabado.

El disco contiene una carpeta para las imágenes de cada volumen. El catálogo agrupa en un solo archivo pequeñas versiones de las imágenes de varios volúmenes, lo cual se indica en el nombre del archivo correspondiente, asociando a cada imagen el nombre del archivo jpg que la contiene en todo detalle, y las dimensiones del grabado.


Créditos

La digitalización de las imágenes la realizó totalmente Emilio Espinosa Cruz González. La elaboración del catálogo y la introducción las elaboró Guillermo Espinosa Velasco. El proyecto fue parcialmente financiado por la Fundación Mexicana para la Participación Solidaria, a la cual agradecemos su generoso apoyo.

Guillermo Espinosa Velasco

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